domingo, 6 de septiembre de 2015

Reseña #17: En las riberas del Aqueronte, Juan Manuel Borrero

Hola carontones, hoy vuelve a tocar una novela negra fuera de lo común, y con esto no quiero decir que sea extraordinaria sino paranormal. El título le viene como anillo al dedo al blog, porque como sabréis Caronte transportaba almas hacia el inframundo a través del río Aqueronte. ¿Encajará igual de bien en nuestro barco el contenido de la obra? Vamos a descubrirlo.

Puede parecer curioso que un señor de ciencias como es Juan Manuel Borrero, licenciado en Física y catedrático en Matemáticas, haya creado una historia protagonizada por la magia y el ocultismo. Sin embargo, al sumergirnos En las riberas del Aqueronte vamos a encontrar páginas plagadas de referencias a libros y eruditos, que pretenden documentar la acción dotándola de cierto carácter técnico. Tenemos así una obra ficticia, como bien nos recuerda el autor en su última página, anclada a la realidad a modo de compendio de brujería. 

Movida por la curiosidad quise indagar sobre algunos datos que se mencionan en el libro. He encontrado muchas curiosidades pero voy a destacar a Jonás Sulfurino, un monje del monasterio de Broken (Alemania) cuyas obras se encuentran referidas varias veces en esta novela. Sulfurino declaró haber tenido “tratos con espíritus superiores de la corte infernal” y hacia el año 1001 tradujo el Libro de San Cipriano tras haberle sido entregado por el propio Lucifer. Este ejemplar había estado en poder de Cipriano de Antioquía antes de que le pusieran un San delante del nombre. Se cree que gracias este grimorio el presanto se convirtió en un profundo conocedor de las artes mágicas, hasta que descubrió la inutilidad de los poderes malignos frente a los del Señor y decidió abandonar el lado oscuro.

En las riberas del Aqueronte también incluye una breve visita guiada por algunos curiosos rincones de la Sevilla de los 90, como El palacio de los gatos. Este edificio, hizo las funciones de juzgados hasta 1962, cuando pasó a formar parte del patrimonio municipal. La edificación permaneció abandonada varios años hasta que simpáticos gatetes se convirtieron en los nuevos inquilinos. En 1982 el palacio fue rehabilitado y actualmente es compartido por la Hemeroteca, el Archivo Histórico Provincial de Sevilla y otras cuantas cosas más, aunque ya no queda ningún felino en su interior.


Sinopsis

Tras la aparición del cadáver de una desconocida, la Sevilla de los años anteriores a la Expo del 92 se convierte en escenario de una batalla callada, terrible e inaudita. Por una parte, la policía, asesorada por un erudito especialista en esoterismo y demonología, quien a la postre se convertirá en el protagonista de la obra. Por otra, una agrupación luciferina de carácter conventual desarrolla execrables actividades, cuya oculta finalidad, sólo podrá entreverse en los estertores del fin del milenio. El relato de esta lucha nos conducirá no solo por la literatura demoníaca, la parafernalia satánica y las actividades paranormales de sus miembros, sino por la arquitectura oculta de la ciudad, los legajos de los Archivos de Indias y Simancas y la investigación histórica sobre la Inquisición.

La acción no va ser tan intensa como nos sugiere la sinopsis, pero por lo demás esta resulta bastante acertada. Sin embargo, quiero abriros el libro un poco más en canal, así que agarradme bien las tapas.

Reseña

La obra está dividida en tres partes y, os lo voy a decir sin ambages, las primeras son difícil esde leer. El narrador, en tercera persona, se obceca con palabras como fámula, contubernio, catecumenado, urdimbre, ujier o baladí. Llamadme rara pero nunca he usado esta jerga, ni siquiera para escribir mi curriculum. Chacotas aparte, el libro gana con los diálogos, en los que el autor controla un poco este enrevesado vocabulario y que, por suerte, son abundantes. Por otro lado, las páginas iniciales son algo lentas en lo que a acción se refiere, y como andemos despistados, en alguna que otra vamos a tener la sensación de haber saltado a la bibliografía por la cantidad de títulos que se citan de carrerilla.

Nuestros protagonistas, el inspector Riquelme y su ayudante, Manolo Talavera, son destinados a Sevilla para investigar el aparente asesinato de una mujer. En el pecho del cadáver aparecen tatuadas dos extrañas figuras relacionadas con sectas de cultos oscuros de distinta índole. Aquí se plantea el primer enigma que los investigadores deben resolver, ¿por qué la muchacha parecía pertenecer a dos sectas simultáneamente? Entra entonces en acción Catulo Hernández, un jubilado entendido en ocultismo y demonología que ayudará en la pesquisas. El erudito irá acaparando todo el protagonismo aunque no vamos a echar de menos a los policías, porque están tan poco caracterizados que hasta cuesta identificarlos por sus nombres. Me parece que, en general, la trama pide más descripciones, físicas y piscológicas, de los personajes.

Tras arrojar la inevitable humareda de su puro en una cubeta metálica y colocarse unos guantes de látex, el forense sujetó el seno izquierdo para que los visitantes lo observasen sin dificultad. Junto al pezón, en la parte alta, aparecía un doble tatuaje: la figura de la izquierda representaba una serpiente en actitud agresiva. La de la derecha  no era fácilmente reconocible, aunque parecía representar una figura humana, de repelente aspecto, protegida bajo pieles de zorro.

Siguiendo pistas y una sucesión de muertes encadenada iremos adentrándonos en un mundo de brujería y satanismo, al tiempo que escalamos por la jerarquía de una secta luciferina. Las partes de la novela nos dan pistas de cómo avanza la investigación, así sabemos que las primeras, círculo exterior y círculo interior, indican una aproximación creciente al triunvirato del conventículo. La última parte, círculo de la locura, queda abierta a nuestra imaginación. He de decir que esta rompe los esquemas del resto de la novela, no sólo por la forma en la que está narrada, a modo de diario, sino porque es la más paranormal. Borrero deja aquí la teoría y se centra en la acción, un poco al estilo de William Peter Blatty. El desenlace permanece en el aire, bien para hacerle más fácil al autor enganchar una segunda parte o para que nos vayamos a la cama dándole vueltas de 360º a la cabeza.

A pesar de lo interesante de la trama, alguna parte del libro es densa de leer, por lo que creo que está más enfocado a lectores adultos. Si Borrero hubiese suprimido referencias bibliográficas y le hubiese dado más protagonismo a los rituales satánicos, para mí la novela habría sido redonda. Sin embargo, puedo decir que si os gusta la brujería, el satanismo y buscar palabras nuevas en el diccionario descubriréis cosas muy interesantes, aunque tampoco esperéis que se expliquen en profundidad (pero a partir de cierta información básica, con un par de dedos, es muy fácil recurrir a Google). 

Por último quiero darle las gracias a la Editorial Círculo Rojo por habernos facilitado este ejemplar y al señor Borrero por aclararme la diferencia entre luciferinos y satánicos. Ahora ya sé por qué mi abuela se enfadó tanto cuando le enseñé las estrellitas monas que había aprendido a dibujar.

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