jueves, 11 de febrero de 2016

Reseña #39: El falso da Vinci, Francisco Tessainer

Leonardo da Vinci es un muy famoso desconocido. ¿Quién no ha oído acerca de los logros del uomo universale renancentista? Pero teniendo más profesiones que la Barbie (pintor, escultor, escritor, ingeniero, arquitecto, botánico, filósofo e inventor, entre otras) resulta complicado enumerar todas sus hazañas y, en el caso de los más escépticos, creerlas. Si se ha cuestionado hasta la autoría de las obras de Shakespeare como no plantearse, aunque sea fugazmente, si el curriculum de Leonardo di ser Piero da Vinci ha sido engrosado a lo largo de los milenios. Considerando esta posibilidad hoy os voy a descubrir, y no, un poco más del archiconocido florentino con una novela histórica, que no lo es, escrita por Francisco Tessainer.

En El falso da Vinci acompañaremos a Leonardo a partir de su primera su estancia en Milán (ciudad en la que se sabe permaneció entre 1489 y 1499 cuando contaba con unos 30 años de edad) pero, ¿qué hay del joven da Vinci? Tessainer no da muchos datos de la juventud e infancia del personaje histórico, así que me voy a atrever yo a desvelaros un poco más.
El nacimiento de Leonardo, en 1452, fue fruto de la unión ilegítima entre Caterina, una campesina que se dice podría haber sido esclava, y, ser Piero, un rico notario florentino. Pasó sus primeros años en la casa de su padre, en la villa de Vinci (en la Toscana, Florencia), donde fue educado como hijo único, y aprendió a leer y escribir. Hacia los 5 años le empezaron a llover hermanos, 5 por parte de madre, y hasta 11 por parte de su padre, quien se casó  4 veces.
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Supuesto Leonardo (izda)
Se cree que fue su abuela paterna, Lucia di ser Piero di Zoso, una ceramista, quien inició al genio en el mundo del arte, pues ya desde muy pequeño se sabe que dibujaba animales mitológicos con gran esmero. Consciente del talento de su hijo, ser Piero le permitió ingresar como aprendiz en el taller de Andrea del Verrocchio en 1469, cuando este tenía unos 17 años. Aquí un adolescente da Vinci aprendió los secretos de las artes plásticas y las bases de otras disciplinas como la química o la metalurgia. 

A pesar de que en 1472 ya figuraba inscrito en el registro de los pintores florentinos, Leonardo continuó en el taller de Andrea hasta 1476, donde contribuyó a finalizar algunas de las obras de su maestro y realizó algunas propias, entre las que destaca “La anunciación”. También hizo sus pinitos de modelo inspirándole a Verrocchio en su pintura de “Tobías y el ángel” así como en su escultural “David”.

Cuando contaba con unos 30 años da Vinci decide buscar un horizonte más próspero y ampliar miras. Así, en la década de 1480, decide viajar a Milán para ofrecerle al duque, Ludovico Sforza, apodado el Moro, sus servicios como ingeniero y arquitecto. Pero sin duda la ciudad no dejó pasar la oportunidad de sacarle partido a la faceta artística del florentino.

Sinopsis

En un siglo, el XV, en el que la vida no vale nada y en un territorio, la actual Italia, por entonces dividido en influyentes ciudades estado; un hombre de extraordinario parecido a Leonardo Da Vinci aprovecha un accidente para suplantar al gran maestro. Ahora bien, puesto que no posee sus habilidades, enseguida se da cuenta de que si desea mantener el engaño debe apropiarse del trabajo de otros artistas. Después de saborear las ventajas de su nuevo nombre, el protagonista decide utilizar los mismos métodos que los poderosos de su época para mantener sus recién conseguidos privilegios. El falso Da Vinci es una sorprendente novela que juega con el pasado posible de los hechos reales e intenta acercarse a las incógnitas todavía pendientes en torno a la figura del genio: su vida privada y la paradoja de que, en realidad, él no fue un hombre, sino tres, cuatro, cinco, seis…

Francisco Tessainer nos presenta una reestructuración del pasado de Leonardo da Vinci con un alto componente verídico que nos ayudará a conocer mejor las andanzas y obras de este ilustre personaje.

El autor, un maño con ascendencia alemana, ya había tanteado el mundillo literario pero es con esta, su primera novela, El falso da Vinci, con la que se inicia oficialmente en él. He de decir que no se le notan las formas de novato, Tessainer ha hecho una novela muy equilibrada, con un lenguaje fácil pero adictivo, donde la acción no es abrumadora pero tampoco aburre. En la página del autor podéis encontrar más datos sobre él mismo, así como frases, ilustraciones y otras reseñas de su pequeño da Vinci.


Reseña

La novela está narrada en primera persona, con la voz de un protagonista anónimo que quiere dejar constancia de una confesión. Comienza por hablarnos de su infancia, en el seno de una pobre pero educada familia florentina, pasando por las apuradas desventuras de su juventud hasta por fin llegar a la ciudad de Milán. Aquí, un buen día, durante un eclipse solar, se tropieza, en el sentido más literal de la palabra, con un hombre físicamente idéntico a él, que no es otro que Leonardo ser Piero da Vinci. Y partir de este momento comienza lo jugoso de la historia.

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No es una rata, es un armiño.
El narrador, muy instruido en el latín y en la traducción de textos acude al taller de Leonardo, por petición de este, con la excusa de darle unas clases. La fascinación que sienten el uno por el otro va incrementándose a medida que avanza la lectura hasta el punto de que ambos personajes acaban viviendo como uno, pero aún sin serloEn esta época da Vinci trabajaba en "La Virgen de las Rocas", que le condujo a varios conflictos no amistosos con los monjes que se la encargaron. La peste es también otro de los elementos más llamativos en esta parte de la novela, pues ya comenzaba entonces a hacer estragos en el continente europeo. El destino de ambos personajes se separa y nuestro protagonista asume la identidad de Leonardo da Vinci en su totalidad. A pesar de sus nulas aptitudes para la pintura no le sobrará ingenio para superar cada uno de los encargos que le hacen al maestro renacentista.

Ludovico Sforza, el Moro, es el primero y más grande de los quebraderos de cabeza de Leonardo. Quien era por entonces su mecenas le hace grandes y variadas peticiones entre las que destacan "La dama del armiño", un retrato de su amante Cecilia Gallerani, e "Il Cavallo", una enorme escultura en honor a su padre Francisco I, que a pesar del empeño que nuestro da Vinci le puso, nunca llegó a completarse.

La red de contactos de Leonardo, al igual que su fama, se va extendiendo. Mantiene trato con Nicolás Maquiavelo, quien posteriormente facilitaría sus relaciones con los Borgia, y además, pone en marcha una academia con talentosos aprendices que acaban participando en los encargos de su maestro más de lo que creen. Entre ellos se encuentra el pequeño y espabilado Salai, que existió en la vida de da Vinci fuera de la ficción eirá cobrando importancia en la trama. La obra más destacable que se menciona en este punto del libro es quizás "Il cenacolo" o  " La última cena".

Hacia 1499 las tropas de Luis XII de Francia conquistaron el ducado de Milán desituyendo a Ludovico Sforza. El cambiante entorno político y social obliga a Leonardo a huir de Milán; Tessainer se lo lleva a casa de Isabel del Este y posteriormente a Constantinopla. Pero nuestro hombre acaba regresando a la ciudad milanesa donde se encarga (más bien encarga) de su mural "La batalla de Anghiari". Por este tiempo da Vinci mantiene disputas con sus hermanos por la herencia de su padre y aparece también, como no, la más famosa de sus obras, "La Gioconda".

"La batalla de Anghiari"  fue pintada en el Salon de los Quinientos del Palazzo Vecchio justo en frente de otro mural de Miguel Ángel "La batalla Cascina"

La etapa final de Leonardo ocupa unas escasas páginas en el libro, pero de ella se puede destacar su servicio desganado para el papa Leon X y su retirada a Francia, donde (esto solo será un spoiler para los que aún creáis en Papá Noel) muere.

El falso da Vinci me ha gustado, no sólo por la idea original que explota el argumento, sino también por la forma en la que se narra la trama, muy ágil y amena. La obra además cuenta con un componente didáctico nada desdeñable, aunque he de decir que en alguna parte cuesta discernir entre los sucesos históricos reales y los que corren por cuenta de la mente del autor. Quizás sea una muestra de genialidad, se han pulido tan bien los detalles de la ficción que parece verídica, aunque a mí esto me hizo ladear la cabeza en un par de ocasiones. Y voy a mencionar un breve contra: el halo místico que se insinúa pasa sin pena ni gloria, sabe a poco, y habría tenido su aquel darle alguna vuelta o explicación. ¿No es inquietante conocer a tu propio doble? Y es que este fenómeno (¿paranormal?) no ocurre sólo una vez en las páginas del libro, sino que Tessainer nos insinúa otro parecido muy razonable.


Los personajes están muy bien definidos, especialmente el protagonista. Es un carismático y entrañable caradura que no deja de sorprendernos con los métodos que emplea para suplantar la identidad del auténtico da Vinci. Tiene lo necesario para ser un malo tocanarices, pero aquí llega a generar empatía, aunque solo sea por lo insistentemente que le persigue el karma. Por último, quiero mencionar otro punto de de distinción de la obra: los encuentros amorosos (que sí, que pocos pero hay) que huyen de la heteronormalidad.

Si os gustan los italianos que van en sandalias por la vida creo que deberíais darle una oportunidad a El falso da Vinci, pero recordad no tomaros al pie de la letra todo lo que leáis en él.

2 comentarios :

  1. jeje que curioso! no sabía nada de este libro, pero parece interesante. Me lo apunto!
    Saludos :)

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    1. Muchas gracias por pasarte por el blog y leer la reseña ;) La verdad es que a mí tanto el autor como la novela me han sorprendido gratamente. está muy bien descubrir de vez en cuando escritores autóctonos que prometen (y cumplen).

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