Última sesión de Marisha Pessl no es una novela negra al uso. La autora ha creado un
ameno thriller parapsicológico, capaz de enganchar a los menos aficionados al
género, entre los que me incluyo.
Pessl
no es muy conocida en nuestro país, pero goza de cierto reconocimiento entre el
público norteamericano tras el éxito de su primera novela Special Topcs in
Calamity Physics (2001). Con Última
sesión ha llegado a nuestras librerías y, aunque un poco tarde (porque el libro fue publicado en EE UU en el 2013), parece más que dispuesta a quedarse.
No
apoyo la compra compulsiva de libros (soy de la liga antipolvo y de la del puño
cerrado) pero esta es una
obra para leer en papel. Entre sus páginas encontramos imágenes y otras
reproducciones gráficas que a modo de pistas nos va involucrando en la historia.
Una pantalla no le quita la gracia al asunto, pero a veces está bien poder darle
la vuelta a nuestro campo visual.
Porque Última sesión hay que leerlo desde una perspectiva diferente.
Sinopsis
Una noche húmeda de octubre, la joven
Ashley Cordova aparece muerta en un almacén abandonado del Bajo Manhattan.
Scott McGrath, un desacreditado periodista de investigación, sospecha que
detrás de este aparente suicidio se oculta una verdad mucho más retorcida. Las
extrañas circunstancias que rodearon la vida de Ashley se mezclan con el legado
de un padre excéntrico: el enigmático Stanislas Cordova, un legendario director
de cine de terror que ha permanecido fuera de escena durante más de treinta
años y que ha conseguido convertir su vida en un secreto absoluto. Sus
películas de culto están prohibidas en el circuito comercial y solo pueden ser
visionadas en proyecciones clandestinas. La obsesión de McGrath con el cineasta
sumergirá al investigador en un mundo profundamente hipnótico y siniestro,
mientras el lector, a través de una serie de documentos, pistas y fotografías,
le acompaña en la misma búsqueda obsesiva.
Última sesión es mucho más que un thriller psicológico: una lectura completamente adictiva que conduce a lugares inexplorados, una aventura cinematográfica que contiene el suspense de Hitchcock, el perfeccionismo enfermizo de Kubrick, los personajes torturados de Polanski, los escenarios claustrofóbicos de Lynch y el humor de Tarantino.
Última sesión es mucho más que un thriller psicológico: una lectura completamente adictiva que conduce a lugares inexplorados, una aventura cinematográfica que contiene el suspense de Hitchcock, el perfeccionismo enfermizo de Kubrick, los personajes torturados de Polanski, los escenarios claustrofóbicos de Lynch y el humor de Tarantino.
Cuando le eché un ojo al resumen pensé que esta obra estaba plagada de referencias a los directores citados, pero no hay nada más allá de un pequeño guiño al maletero de Tarantino y una mención a Se7en, de David Fincher. El resto de alusiones cinematográficas están relacionadas con Stanislas Cordova al que Pessl le ha puesto debajo del brazo una filmografía que bien podría ser real.
Reseña
Scott
McGrath es un periodista venido a menos. Cinco años antes del comienzo de esta historia, intrigado por las macabras leyendas que rodean a Stanislas
Cordova, se zambulló en una investigación que casi le ahoga. Un juicio, despidos
y un divorcio fueron los resultados de sus pesquisas. Cuando parecía que el
estigma de reportero desacreditado comenzaba a desaparecer, se ve atraído de
nuevo hacia este inquietante personaje: el cuerpo de Ashley
Cordova, virtuosa pianista e hija del famoso cineasta, es encontrado tras un aparente
suicidio. Después de un inquietante prólogo, digno de una novela de terror, el propio Scott nos guía en su búsqueda de la verdad.
Y
entonces, de repente, pude distinguir en las escaleras de la esquina opuesta
unas bota negras lustrosas y algo rojo, un abrigo rojo. Según bajaba, con el
pelo empapado goteándole sobre los hombros como si fuese tinta, me di cuenta de
qe era ella, la chica del estanque, el fantasma o lo que diablos fuera.
Se
dice que la obra de Stanislas Cordova es la más terrorífica jamás llevada a la pantalla. Por su brutalidad, algunas películas fueron prohibidas, pasando a
proyectarse de forma clandestina para pequeños grupos de fanáticos, que se
llaman a sí mismos cordovitas. Poco más se sabe de este enigmático hombre, quien
receloso de su intimidad se recluye voluntariamente con su familia en una enorme finca conocida como The Peak. Además de servir como vivienda,
este recóndito lugar es utilizado como escenario para las películas del director y objeto de morbosos rumores.
Tirando del hilo de un abrigo rojo, Scott tropieza con un joven traficante llamado Hopper y posteriormente,
con Nora Halliday, una aspirante a actriz. Ambos muchachos tuvieron contacto
con Ashley antes de su muerte y deciden unirse a la investigación del periodista. Este peculiar trio va encajando pistas que les llevan a reproducir las últimas horas de vida de la chica, acercándoles a los secretos de su padre.
− McGrath, ¿cómo se te pudo pasar? Usó
el truco del abuelo cachondo contigo, uno de sus timos más legendarios.
A medida que avanza el libro Pessl va introduciendo elementos paranormales, relacionados con la magia negra y el ocultismo, que retuercen el mundo de Cordova. La realidad llega a mezclarse tan bien con la ficción que llegamos a imaginarnos dentro un film cordovita.
He
disfrutado bastante con este libro, aunque el final me ha dado cierto dolor de
neuronas. Cuando piensas que ya está, que todo queda resuelto, nuestro
quisquilloso protagonista se empeña en darle la vuelta a un satisfactorio
desenlace. Aparecen nuevas evidencias que nos plantean la opción b de
una pregunta con tan solo dos posibles respuestas. La autora nos tiene entre a y b unas cuantas páginas, aunque la intriga continúa hasta el final (el de verdad). La
agilidad del lenguaje y las pruebas que poco a poco vamos descubriendo, hacen
que no podamos parar de montar este enrevesado rompecabezas. Quizás eché algo
de menos la sangre, ya que la violencia y el sadismo se insinúan sin parar pero
se muestran poco.
Esta es una buena lectura para los fanáticos de la novela negra, pero también para aquellos a los que ni fu ni fa. Para los sádicos y para los de estómagos sensibles. Para los que esperan algo diferente. Para los gordos. Para los flacos. Para los altos. Para los bajos. Para todos. Coca cola.
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