domingo, 27 de septiembre de 2015

Reseña #25: Fulgor, Manel Loureiro

En septiembre no sólo vuelve El Corte Inglés, las editoriales retoman los lanzamientos y bombardeos publicitarios. En esta guerra mediática, hay algunas novelas que son impulsadas a gran velocidad para que esperemos expectantes su impacto, aunque no siempre aciertan en el blanco. Sueños de piedra y La reina roja son los libros que ahora están en el punto de mira de booktubers y blogueros en boga. Fulgor se ha lanzado en un momento complicado, pero quizás es porque esta refulgente obra puede, sin tanto misil propagandístico, escalar tranquilamente hasta la cima de un top ten.
Para Manel Loureiro es habitual encabezar las listas de libros más vendidos. Este señor con barba llegó al mundo de la literatura de rebote. En 2005 empezaba un apocalíptico blog del que, dos años después, nacería su primera novela (Apocalipsis Z). Esta dio lugar a una secuela (Los días oscuros) y, posteriormente, a una secuela de la secuela (La ira de los justos). Completada la trilogía, el abogado escritor se embarcó en el Último Pasajero, un bestseller internacional que le hizo pasar ser considerado como una suerte de Stephen King galleguiño. 

Fulgor es una obra extraña en cuanto a género; en ella se mezclan elementos paranormales con características propias de la novela negra. Este thriller se aleja de las espeluznantes y angustiosas tramas a las que acostumbra autor, aunque en sus páginas se mantiene el estilo narrativo marca de la casa, sencillo, directo y muy gráfico.

Antes de iniciar la reseña quería comentar brevemente un símbolo que aparece entre las primeras páginas del libro y que habréis visto en algún que otro banner publicitario. En la novela no se menciona su origen ni es especialmente relevante en el desarrollo de la trama, pero el dibujito merece explicación.

La cruz de Leviatán guarda relación con demonios, religión y mitología (si suponemos que estás dos disciplinas no son una). El Leviatán es un enorme monstruo marino con apariencia de serpiente que aparece citado en la Biblia (dicen que también en el Talmud, pero yo de cuestiones judías, solo verdes), aunque es más conocido por el metafórico uso que Hobbes le dio al explicar su concepto de Estado. Dependiendo del escrito y de quién lo lea el simbolismo de la bestia cambia; mientras que para algunos es una alegoría a Satanás, Santo Tomás de Aquino, por ejemplo, la identificaba con el demonio de la envidia.
Sinopsis

La vida de Casandra es casi perfecta hasta el día en que sufre un extraño accidente de tráfico que la deja en coma. A las pocas semanas, y tras una recuperación milagrosa, Casandra descubre que todo su mundo ha cambiado por completo: alguien ha empezado a acechar su casa y a su familia y además sufre una secuela inquietante que no puede controlar. Atrapada en una espiral de violencia y asesinatos a su pesar, perseguida por las autoridades y por algo más que no es capaz de entender, Casandra inicia una huida desesperada que se puede cobrar un precio enorme: su cordura y su alma. En Fulgor Manel Loureiro plantea un apasionante reto al lector: ¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para salvar a los tuyos? ¿Qué sacrificarías de verdad? ¿Dónde están tus límites?

Voy a empezar aclarando posibles malentendidos. Aunque la RAE define fulgor como "resplandor y brillantez" este libro no guarda parecido alguno con el bestseller Stephenkingiano. Continuo señalando con el dedo a los señores de Planeta, que por 19,90 lereles podían haber puesto un poco más de empeño en la edición del libro. La sobrecubierta es bien bonita, pero al retirarla te quedas con un ladrillo de un gris soso en las manos. Ya concluidas mis sugerencias y quejas, empiezo la reseña de esta novela paranormal y para excéntricos. 


Reseña

Casandra es una de esas mujeres todoterreno del siglo XXI, psiquiatra a tiempo parcial y mamá y esposa a tiempo completo. Los pitillos clandestinos y el amor incondicional que profesa hacia Martín, su retoño de 5 años, son los latidos que le dan ritmo a su rutina. Un día, como cada mañana, deja a su hijo en el cole y se encamina hacia su lugar de trabajo (el Centro de Internamiento Permanente de Pacientes de Tratamiento Especial aka El Trastero), pero un violento accidente de tráfico, casi fatal, le impide llegar. Tres meses después se despierta de un profundo coma no sólo completamente recuperada, sino también ¿mejorada?. Sus expectativas de retomar una vida normal se ven truncadas por el Fulgor, una recién adquirida capacidad paranormal que mezcla lo místico con los efectos del LSD.
Era como una jaqueca, pero una especialmente cabrona, montada sobre una montaña de anfetaminas y con una motosierra en cada mano. El dolor era tan intenso, tan puro, que le cortó la respiración por un instante.

En este nuevo mundo de color y percepciones extrasensoriales, la protagonista se encuentra con los Oscuros, los villanos de la novela, y por si nos equivocamos, Manel ha tenido el detalle de rodearlos de un halo bien negro. Curiosamente, estos individuos y el símbolo que anteriormente he mencionado, se encuentran siempre presentes en escenarios de violencia, muerte y violentas muertes.

Cas va descubriendo las posibilidades de su poder a la vez que juega al matamata (la versión mejorada del pillapilla) con los malos. No contenta con esto empieza a codearse con Logan Dawson, la crema de la esquizofrenia paranoide de El Trastero. La cosa se complica cuando su marido, Daniel, inspector de policía, empieza a seguir un rastro de miguitas cadavérico… ¡Cómo las lía la doctora Arlaz!  

Nuestra heroína es una mujer con los ovarios demasiado en su sitio. No sé si ella los tiene bien colocados en exceso o es que a mí se me ha subido alguno, pero me ha costado simpatizar con Casandra. El autor ha querido marcar ritmo de suspense con el carácter de este personaje (que es tan tan taaan), lo que acaba por restarle credibilidad. Es inteligente, valiente, carismática, culta y además domina la amplia gama cromática del Fulgor cuando la situación lo requiere. Todo un partidazo.
El otro algo que no me acaba de convencer es la explicación que el escritor da acerca del porqué de los Oscuros (y sobre la que no puedo explayarme sin traspasar la delgada línea del spoiler); me sobra un poco de biociencia en esa parte, aunque es cierto que Loureiro ha defendido sus argumentos con honor. 

Los ojos, ocultos debajo de dos espesas cejas que casi se unían en el centro de la frente, estaban clavados en el espectáculo con una expresión que a Casandra le resultó inmediatamente familiar. Era la misma mezcla de expectación, hambre y deseo frenético que había visto en la mirada del doctor y de los dos extraños que se habían colado en su habitación del hospital.

Quisiera decir que el desenlace pilla por sorpresa, pero esto es solo una verdad a medias, porque 50 páginas antes del final este ya se intuye. Sin embargo, quedan varios cabos sueltos para que atemos en nuestra imaginación, ¿o es que quizás el escritor está preparando una secuela?
A pesar de los muchos pero y sin embargo de la reseña, la novela me ha gustado; el uso de tantas conjunciones tan solo quiere decir que esperaba algo más. Comparada con las anteriores obras de Manel, Fulgor me ha sabido a poco. La tensión y el ritmo están muy logrados, pero yo he echado en falta un poco más de peso en la parte irracional.

El realismo de los escenarios y de las explicaciones, es sin duda un plus. He leído que el escritor reconoció haberse documentado ampliamente en temas de psicología y esto se nota. También se aprecia lo versado que está el hombre en calzado femenino y mitología. Viendo los antecedentes del autor abogado gallego y con barba, seguro que Fulgor va a pegar tanto o más fuerte que El último pasajero.

4 comentarios :

  1. Oh Dios mio, tengo que leer este libro, me encanta este autor. No sabía nada de que había publicado nueva obra. Gracias por la reseña.
    Besos

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    1. Pues el libro está recién salidito del horno. Anímate a leerlo y a ver si tus impresiones coinciden con las mías :p
      Gracias a ti por pasarte.

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  2. Yo es que intenté leer el primer libro de este hombre en su día y su prosa me dejo tan mal recuerdo, que desde entonces nada de nada con él.

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    1. ¿A Apocalipsis Z te refieres? Es cierto que el comienzo de este libro, que era cuando escribía el blog. estaba algo verde, pero para mí en sus siguientes novelas fue puliendo mucho su estilo. No sé, a mí me gusta bastante como escribe Loureiro, es bastante directo y es muy fácil imaginar las situaciones que describe. Si quieres darle una oportunidad quizás deberías probar con El último pasajero o con la novela de esta reseña, Fulgor; aunque para mí tiene un estilo bastante similar en todas sus obras, quizás en estas narre de una formas menos "de andar por casa" que en la trilogía de Apocalipsis Z.

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