Siempre
he sentido simpatía hacía las novelas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial,
especialmente hacia aquellas que están narradas desde el punto del vista de las
personas que se encontraban en los campos de concentración. No sabría
explicaros la razón y no se si se debe a algún motivo en concreto, ¿a vosotros
os pasa lo mismo?
Lo
cierto es que siempre que leo algún libro de esta temática me da la sensación
de que descubro algo nuevo y es que por mucho que se escriba sobre ello y por
mucho que leamos, nunca podremos llegar a entender el horror que supuso ese
momento de nuestra historia.
Hoy
os vengo a hablar de La bibliotecaria de Auschwitz, vamos a ello.
Sinopsis
Este
es el resumen que podemos encontrar en la cubierta del libro.
Sobre
el fango negro de Auschwitz que todo lo engulle, Fredy Hirsch ha levantado en
secreto una escuela. En un ligar donde los libros están prohibidos, la joven
Dita esconde bajo su vestido los frágiles volúmenes de la biblioteca pública
mas pequeña, recóndita y clandestina que haya existido nunca. En medio del
horror, Dita nos da una maravillosa lección de coraje: no se rinde y nunca
pierde las ganas de vivir ni de leer porque, incluso en ese terrible campo de
exterminio, «abrir un libro es como subirte a
un tren que te lleva de vacaciones». Una emocionante novela basada en hechos
reales que rescata del olvido una de las más conmovedoras historias de heroísmo
cultural.
El
escritor, Antonio G. Iturbe es un periodista cultural que cuando conoció a Dita
(la bibliotecaria) pensó en un reportaje, pero cambió de idea. El mismo dice
que la novela “te permite llegar a la verdad por un camino distinto: los hechos
no son exactos, los diálogos no fueron con esas palabras porque las de verdad
se las ha llevado el viento, el cruce de personajes no se produjo en ese
preciso momento… pero la reunión de los elementos te permite dibujar un cuadro
completo que visualice mejor un acercamiento a la verdad mucho mejor que unos
cuantos hechos sueltos desdibujados por el tiempo.
Reseña
El
libro nos cuenta la historia de Dita, una chica de 14 años que se encuentra en
un campo de concentración donde cumple el papel de hacer que funcione una
pequeña biblioteca clandestina, con libros y libros vivientes. Aunque la historia de Dita no es la única que
nos encontramos en el libro, dado que de manera paralela cuenta la historia de
otros personajes que se encuentran en el campo.
Iturbe
cuida todos y cada uno de los detalles de la novela y nos muestra que todo
tiene su porqué, por ejemplo, nos cuenta que la propia Dita Kraus era
incapaz de recordar con exactitud los títulos de los libros que formaban parte
de su biblioteca. Tras sus indagaciones supo que había una novela rusa y otras
en checo y francés sin identificar: “De manera simbólica, quise que esa novela
checa pudiera ser un libro con un mensaje demoledor en contra de la estupidez
de la guerra: ‘Las aventuras del bravo soldado Svejk” de Jaroslav Hasek. Y que
la novela francesa fuese “El conde de Montecristo”, porque nos permite ver el
grado de humillación e injusticia a que puede ser sometido un inocente y nos
enfrenta al dilema de la venganza”.
Es
una obra enriquecedora, tan humana que es imposible no relacionarse con alguno
(sino con la mayoría) de los personajes por sus sentimientos, anhelos, ambiciones
y actitudes. Cada uno de los personajes te deja una enseñanza y perspectiva de
vida distinta, así como te obliga a hacer conciencia del valor de la vida y la
importancia de los pequeños detalles diarios.
Además,
no solo se trata de una historia de Auschwitz, sino un homenaje a la lectura.
En esta novela los libros tienen un papel muy importante, muchas veces se
convierten en refugio y vía de escape para evadirse de una realidad demasiado
cruda. Personalmente, siempre me despierta especial simpatía los libros en los
que se habla de libros o en los que tienen un significado especial para los
personajes de la novela.
"A lo largo de la historia, todos los dictadores, tiranos y represores, fuesen arios, negros, orientales, árabes, eslavos o de cualquier color de piel, defendieran la revolución popular. los privilegios de las clases patricias, el mandato de Dios o de la disciplina sumaria de los militares, fuera cual fuese su ideología, todos ellos han tenido algo en común: siempre han perseguido con saña los libros. Son muy peligrosos, hacen pensar."
En conclusión, definitivamente es un libro que recomendaría a cualquier persona. Es cierto que los primeros capítulos se hacen un poco cuesta arriba porque avanza a un ritmo un poco lento y que el autor no tiene una pluma demasiado ligera, es decir, es necesario tomarse un tiempo para leer pero aún asi, merece mucho la pena. Es un libro muy adictivo, del que quieres seguir leyendo para conocer el destino de los personajes y a pesar de que el desenlace no es siempre bueno para todos los personajes, te deja muy buen sabor de boca.
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