Hace
poco más de un mes la adaptación de Y
pese a todo llegó al celuloide de nuestro país. Las criaturas de Juan de Dios Garduño pasaron de
reproducirse en su mente a la Extinction.
El apocalipsis invadió las salas de cine cuando hordas de enajenados espectadores
se apoderaron de las taquillas, y tras cinco semanas en cartelera, el film
consiguió recaudar 2 millones de euros situándose entre las 20 películas más taquilleras del año.
Hollywood
es la indiscutible meca del cine y hasta sus productos menos afortunados se convierten
en estándares de referencia. Qué tendrá la cara de George Washington para hacer
tan atractivos los dólares. En este sentido, aunque el presidente americano no
forma parte del reparto, Extinction
no defrauda. A pesar de ser una producción en su mayoría española (con
intervención de EE UU, Francia y Hungría), lo más ibérico que vamos a apreciar
en ella es el nombre del director.
Miguel Ángel Vivas se las apañó para americanizar aún
más una obra con una buena base yanqui; los acostumbrados diálogos del cine de acción, los tiros y el
doblaje nos convencen de estar frente a una superproducción norteamericana. Sin
embargo, el director continua fiel a su estilo; encontramos los giros de
cámara de Secuestrados, los efectos
especiales justos y muchas respiraciones entrecortadas. Resulta que aquí eso de la
globalización ha tenido un resultado positivo.
Este
versus es complicado, porque el libro y su adaptación más que competir se
complementan en muchas partes. Creo que Vivas ha hecho un buen trabajo,
pero es que Juan de Dios se lo ha puesto muy fácil.
Sinopsis
El
resumen de la novela nos sitúa en un mundo post apocalíptico de lo más
habitual: guerra, armas biológicas, supervivientes vs bichos malos y tiros.
Estos tópicos hacen que ni la obra ni su adaptación resulten muy apetecibles. Y
pese a todo, ambas merecen una oportunidad porque la historia de Juan de Dios
Garduño sorprende.
En pleno
enfrentamiento, y ante la devastación que producen las armas nucleares, los
rivales deciden utilizar las armas químicas, más baratas y más fáciles de
fabricar. Se crean nuevas cepas de virus ya existentes, utilizando el ADN
recombinante y extinguiendo así a casi toda la población mundial.
En la ciudad de
Bangor, Maine, sólo han sobrevivido tres personas. Peter, su pequeña hija y
Patrick Sthendall, su odiado vecino. En una población totalmente nevada,
gobernada por temperaturas que bajan de los diez grados bajo cero, los dos
hombres se enfrentarán a algo más que al odio que sienten el uno hacia el otro.
Unos visitantes con los que no contaban…
Libro
La
primera diferencia que encontramos entre la novela y la película es el lugar de
la acción. Ambas se sitúan en el condado de Maine, pero la primera lo hace en
la ciudad de Bangor, actual lugar de residencia del señor King, y la segunda en Harmony. Pero esto tanto monta porque la trama habría transcurrido del mismo modo aunque estuviese ambientada
en Carabanchel.
Patrick Sthendall y Peter Staublosky viven puerta con puerta en el barrio pijo de la
ciudad; Sthendhall con su perro Doggy
y Staublosky con Ketty, su hija de 5
años, que a efectos prácticos hacen la misma compañía. Juan de Dios ilustra muy bien aquí la cabezonería del ser humano: a pesar de ser los únicos habitantes de Bangor (quizás del planeta) cada protagonista trata de ignorar la existencia del otro, poniendo, a lo sumo, morritos de enfado cuando se encuentran en el jardín.
La guerra entre EE UU e Irán estalla cinco
años antes del comienzo de esta narración, porque Obama, después de conseguir el Nobel de la Paz, se vuelve muy puñetero. Durante
el conflicto se emplearon armas químicas, biológicas, climáticas y de otras
ciencias de las que no se conocía su aplicación bélica. El despiporre de medios destructivos acabó influyendo en el descenso de la
temperatura global y en la aparición de unos engendros muy malos.
Uno de los zombies de Juan de Dios Garduño posando. |
Y
pese a todo llegan los primos de Don limpio muy enfadados porque en ningún supermercado
del mundo queda lejía. Aunque en la película Vivas les da otro enfoque, estas
criaturas no son zombies al uso. Además de las características casi superheroicas que poseen, no aplican la
máxima de “si te muerden estás jodido”.
La breve referencia a Neville, el protagonista de Soy Leyenda, despeja dudas, Y pese a todo guarda cierto parecido con la obra de Richard Matheson. Sin embargo, y aun dentro de una temática tan explotada como la de los no muertos, este libro es diferente. También me ha parecido interesante como Juan de Dios se
atreve con la materia bio, dando unas explicaciones si bien no muy profundas, bastante satisfactorias.
Es cierto que muchas ciudades del panorama nacional han experimentado epidemias zombies literarias (como Vigo, Mallorca o Málaga) limitando el factor sorpresa, pero ¿por qué el autor se ha ido tan lejos para crear esta historia? Para mí las aventuras de Pedro y Patricio habrían sido igual de glamurosas. Quizás la castellanización no le daría un punto extra a la novela, pero sería un buen apoyo para el apocalipsis autóctono.
Es cierto que muchas ciudades del panorama nacional han experimentado epidemias zombies literarias (como Vigo, Mallorca o Málaga) limitando el factor sorpresa, pero ¿por qué el autor se ha ido tan lejos para crear esta historia? Para mí las aventuras de Pedro y Patricio habrían sido igual de glamurosas. Quizás la castellanización no le daría un punto extra a la novela, pero sería un buen apoyo para el apocalipsis autóctono.
Y pese a todo, el mundo todavía giraba. Aún había estaciones
y, por supuesto, aún había días con sus correspondientes noches.
Película
Los
primeros minutos de película son prácticamente idénticos a las páginas iniciales
del libro, a excepción de algunas variaciones como la ya comentada ubicación, la edad de la niña (que en el film tiene 9 años) o la dieta de Patrick (quien aquí caza caballos a golpe de fusil).
Vivas retrasa bastante la aparición de los malos, haciendo que la acción sea demasiado lenta al principio. Por otro lado, los flashbacks, que también abundan en Extinction, no aclaran bien el
origen de la historia; las menciones a la guerra son escasas y el pasado de
los protagonistas no queda claro. La obra se convierte en una buena guía para resolver las lagunas que nos deja el comienzo de la adaptación.
Como adelanté, el mayor punto de inflexión son los zombies. Inicialmente estas criaturas son muertos vivientes del tipo Romero, pero Vivas juega con la teoría de la evolución y los convierte en las aberraciones de Y pese a todo. Chúpate esa, Darwin. Si nos ponemos quisquillosos algo rechina, ¿cómo es posible que en 9 años estos seres se hayan transformado tanto? Ni genética ni genético, yo no me lo creo.
A partir de la aparición estelar de los nuevos zombies el hilo argumental se comienza a distanciar del de la novela y el desenlace da un giro (pero sólo de 90º). No puedo decir que me haya gustado más o menos, simplemente es distinto. Sin embargo, si un furioso Don Limpio me obligase a escoger, me quedaría con el libro, quizás porque Juan de Dios ha sido más persuasivo con la credibilidad de este mundo post apocalíptico.
Quiero este libro *w* Seriamente, por cierto te he nominado a algo en mi blog, por si quieres pasar aquí te dejo el link: http://lephpasapagina.blogspot.mx/2015/09/segundo-liebster-awards.html
ResponderEliminarMuchas gracias por habernos nombrado :) Nos hace mucha ilusión que os acordéis de nosotras, en serio. A ver si tenemos espacio en nuestra apretada lista de próximas entrada para dedicarle un hueco. Gracias también por haber leído la entrada, y si le das una oportunidad a Y pese a todo, no te defraudará. Mucho ánimo con el blog, que lo tienes muy bonito ;p
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